¿Podemos meter el café hecho en la nevera?

Esta es una de las preguntas que nos suelen hacer nuestros clientes. Ya sea porque han calculado mal las cantidades, porque las prisas de la mañana hacen que no dé tiempo a desayunar, o porque se prefiere hacer más cantidad para después, puedes sentir la necesidad de tener que guardar el café recién hecho en la nevera.

La respuesta es que sí se puede guardar, pero con matices. Lo que está claro es que esta opción es mucho mejor que dejarlo al aire libre o dentro de la cafetera porque el calor puede estropearlo. Además de que perderá el sabor y el aroma y luego no se parecerá en nada al café que estamos acostumbrados a tomar.

Aunque siempre hay que tener en cuenta que el café que mejor sabe y con el aroma más intenso es el recién hecho. Por lo que, siempre que se pueda, lo ideal sería hacer la cantidad justa cada vez que se quiera tomar.

En el frigorífico, pero bien protegido

El café recién hecho lo puedes guardar en la nevera, pero, siempre que sea posible, en un lugar herméticamente cerrado. Y si no se puede, que esté lo mejor tapado posible. El café tiene la particularidad de absorber muy bien la humedad y los olores, y esto desvirtúa tanto su sabor como su aroma. Por eso es importante que esté bien tapado y protegido.

Una vez que lo tienes bien cerrado, lo correcto es guardarlo en la parte trasera del frigorífico, que es la parte más fría y la que menos variaciones de temperatura sufre.

Pero tienes que tener en cuenta también que lo que vas a guardar tiene que ser café solo. Si ya le has añadido azúcar, leche o cualquier otra cosa, lo mejor es tomarlo en el momento y no guardarlo.

Cómo tomar el café al sacarlo de la nevera

Has logrado conservarlo en perfecto estado y con parte de su aroma intacto, pero ahora quieres disfrutar de tu taza de café. ¿Cómo tomarlo?

Lo primero que pensamos es en calentarlo, pero hay que tener cuidado al hacerlo porque el café cuando se recalienta demasiado se quema y pierde sus propiedades (sabor y aroma), hasta llegar a amargar. Si optas por tomarlo bastante caliente puedes ponerlo en un cazo, a fuego muy lento, e ir calentándolo poco a poco. Pero también puedes sacarlo un poco antes y que vaya cogiendo temperatura.

Otra opción, y más ahora en verano, es disfrutar de un café frío o incluso un frappé. Puedes preparar tu bebida helada favorita añadiendo el café que has conservado en la nevera. O añadir hielos, aunque para que no quede aguado te recomendamos tener cubitos de hielo de café en el congelador, lograrás una bebida con un sabor mucho más potente.

Si te has quedado con alguna duda sobre cómo conservar el café hecho en la nevera, pregúntanos, estaremos encantados de orientarte y explicarte las mejores maneras de hacerlo. Recuerda que todos estos consejos no son válidos para conservar el café molido o en granos, porque ambos deben guardarse en un lugar fresco y seco para que mantengan su aroma y sabor.