Pese a que Japón es un país que esta tradicionalmente vinculado a la producción de tés verdes, y es reconocido por la excelente calidad de estos, recientemente ha estado desarrollando una notable tendencia hacía los tés fermentados.
Debido a la popularidad que tienen tés negros, como por ejemplo el Darjeeling, las compañías locales de La Tierra del Sol Naciente están probando a producir también té negro, y la verdad es que están cosechando éxitos.
Un ejemplo de ello es esté té negro Benifuki procedente de cultivo orgánico.
Este té se desarrolló en 1965 en la prefectura de Kagoshima, ciudad situada al suroeste de Japón. Su base es un híbrido cultivado de los arbustos Assamica y Sinensis, lo que lo convierte en toda una rareza en el mundo del té.
Las hojas del Té Benifuki tienen un aspecto plano y áspero, de color negro intenso. En taza es un té de cuerpo completo, con un toque dulce que deja un retrogusto en el paladar.