Este té procede de la plantación Kaproret, una pequeña finca situada en el Valle del Rift en Kenia. Esta plantación goza de una situación geográfica privilegiada para el cultivo de té ya que se encuentra a unos 2000 metros de altitud, tiene un clima cálido con abundantes precipitaciones.
Lo que diferencia al té de África de otros tés, es que aún se prepara por el método "ortodoxo". Este método de elaboración tradicional respeta más las propiedades del té que el método industrial.
En la zona, sólo las plantaciones de Saramek, Chemase y Kaproret siguen cultivando híbridos de arbustos chinos. La demanda excede en mucho a los rendimientos de las cosechas, por lo que la disponibilidad de sus tés es limitada.
Este té procede del segundo y principal periodo de recolección. En taza tiene un color anaranjado y brillante, con un sabor fuerte y ligeramente floral. Debido a su sabor, muchas veces se confunde con los tés chinos de Yunnan.